jueves, 26 de enero de 2017

Oración por incendios Enero 2017



ORACION POR LOS ESTADOS UNIDOS Y EL NUEVO PRESIDENTE


MENSAJE DE SR. DONALD JAMES TRUMP MC LEOD TRANSMITIDO POR CANAL 28 EWTN (9 de Noviembre 2016):

Los católicos son una parte importante de la historia de Estados Unidos. Estados Unidos se ha fortalecido con católicos que trabajan duro. Desde Nueva York hasta California, la historia católica es realmente extraordinaria y grandiosa.
Desde custodiar los derechos civiles a millones de niños, sirviendo a los pobres u hecho innumerables contribuciones al éxito de Estados Unidos y a la historia de éxito de Estaos Unidos.
Los políticos de Washington han sido hostiles a la Iglesia (Católica), han sido hostiles a los católicos, han sido hostiles a los miembros del catolicismo. Mi gobierno estará al lado de los católicos estadounidenses para promover los valores que todos compartimos como cristianos y estadounidenses.
Que Dios os bendiga y Dios bendiga a los Estados Unidos de América. Haremos que Estados Unidos sea grande de nuevo”.


    
       
   PADRE JAIME HERRERA   GONZÁLEZ                                                                            PADRE JAIME HERRERA G.



CARTA DE PRESIDENTE DONALD JAMES TRUMP A CATHOLIC LEADERSHIP CONFERENCE (5 de Octubre del 2016).
Soy y seré próvida. Defenderé vuestra libertad religiosa y el derecho a practicar vuestra religión (católica) plena y libremente, como individuos y como propietarios de negocios e instituciones académicas. Me asegurare de que órdenes religiosas como las Hermanitas de los Pobres no sean acosadas por el gobierno federal a causa de sus creencias religiosas. Protegeré y trabajare por la libertad de enseñanza y los derechos de las familias al Homeschooling (enseñanza en el propio hogar) y pondré fin al Common Core (programa de materias comunes usado para el adoctrinamiento ideológico de los niños). 
                 
PLEGARIA DE CARDENAL DOLAN (NYC) POR PRESIDENTE DONALD JAMES TRUMP MC LEOD (20 de Enero del 2017).
"Danos sabiduría, porque somos tus siervos, débiles y de corta vida, carentes para comprender la justicia y las leyes. Ni siquiera el más perfecto de los hombres será algo sin la sabiduría que viene de Ti
Señor, envía tu sabiduría desde tus santos cielos, desde tu glorioso trono, para que esté con nosotros y trabaje con nosotros, para que podamos entender lo que te agrada. Por ella comprendemos todas las cosas, y nos guiará con prudencia en nuestros asuntos y nos protegerá por su gloria. Amén

                              
 CARTA DEL ROMANO PONTIFICE, EL PAPA FRANCISCO  AL PRESIDENTE DONALD JAMES TRUMP MC LEOD.

 “Al inicio de su mandato como el cuadragésimo quinto Presidente de los Estados Unidos de América, le ofrezco mis buenos deseos y la seguridad de mis oraciones de que Dios Todopoderoso le conceda sabiduría y fortaleza en el ejercicio de su alto cargo”. En un momento en que nuestra familia humana está acosada por graves crisis humanitarias que exigen respuestas políticas unitarias y con visión de futuro, rezo que sus decisiones estén guiadas por los ricos valores espirituales y éticos que han formado la historia del pueblo estadounidense y el compromiso de su nación para la promoción de la dignidad humana y la libertad en todo el mundo.

En su mandato, la estatura de los Estados Unidos puede medirse sobre todo por su preocupación por los pobres, los marginados y los necesitados que, como Lázaro, están ante nuestra puerta. Con estos sentimientos, le pido al Señor que le conceda a usted y a su familia, y a todo el amado pueblo estadounidense, sus bendiciones de paz, concordia y toda prosperidad material y espiritual.



      



martes, 24 de enero de 2017

FUNDAR UNA FAMILIA SOBRE JESUCRISTO”.

 HOMILÍA MATRIMONIO BRAUCHLE & ASSIS ENERO 2017


      MATRIMONIO BRAUCHLE & ASSIS  ENERO 2017
El camino que comienzan a recorrer es desafiante. De alguna manera podemos compararlo con el inicio de escalar una gran montaña: aunque muchos    desearían llegar a la cumbre, son menos los que se deciden dar los primeros pasos y aún más escasos, los que llegan finalmente a la cumbre. ¿En el camino?  Son muchos los que van quedando…

Lo que afirmamos surge de las frías cifras entregadas por los organismos   responsables: el último año 63.749 contrajeron matrimonio civil, de los cuales no más de veinte mil se casan por la Iglesia. Uno de cada tres parejas recibe el sacramento de matrimonio. Muchos son los llamados pocos los escogidos.

Entonces, se trata de  un camino exigente: que amerita una disciplina interior, en la cual,  la vivencia de una espiritualidad no puede quedar postergada a los  buenos deseos que eventualmente puedan tenerse. Ambos han de remar juntos para el mismo lado, pues,  si lo hacen unilateralmente terminarán dando vueltas en círculos y no crecerán como matrimonio.

El fortalecimiento como esposos se dará en la medida exacta en que den espacio en el alma de cada uno a la persona de Jesucristo, quien actúa poderosamente con su gracia desde el día que fueron bautizados. Dóciles a Dios no  dejarán de serlo entre ustedes en el futuro; serviciales a Dios estarán prestos a buscar  satisfacer toda necesidad de vuestro ser amado.

Esto resulta decisivo a la hora de mantener vivo el amor, fresca la esperanza y encendida la fe, toda vez que es una realidad que muchos matrimonios quedan a mitad de camino. La cifra exacta es que casi cien mil personas el año pasado optaron por no llegar a la cumbre de una vida entera consumida mutuamente hasta que Dios así lo disponga.

Lo anterior para algunos puede resultar un muro difícil de sobrepasar, más  para el creyente –que ha puesto toda su confianza en Dios- forma parte del camino de la fe, que aun en medio de sequedades y zarandeos es capaz de salir adelante en virtud de la fidelidad de Aquel que no deja de querernos.

DIÓCESIS DE VALPARA{ISO CHILE 2017


El perdón en el hogar.

De Él pueden aprender a tener un trato esponsal rico en misericordia, donde el bálsamo del perdón llegue de manera oportuna y hasta  se anticipe al punto de  no molestarse por nimiedades,  evitando una mente suspicaz y    desconfiada, que tanto mal hace en la vida matrimonial. Quien ama sabe     esperar, porque es paciente; quien ama sabe perdonar porque no olvida  la          debilidad de su naturaleza que habiendo pedido el perdón del Cielo lo ha     recibido en una medida mayor a lo previamente implorado e imaginado. ¡Es que Dios siempre puede más y su amor es más fuerte que nuestro pecado!

Quien se sabe objeto de misericordia es misericordioso. Y, en la vida social, particularmente en el ámbito familiar, se dan múltiples oportunidades de      ejercitar la capacidad de perdón, toda vez que  al vivir de modo permanente con una persona, se evidencian las grandezas y las miserias de cada uno, por lo que tanto se puede agradecer como –eventualmente- perdonar.

Sin duda, la tentación del “acostumbramiento” conlleva  una  serie  de       consecuencias, que pueden llegar a afectar fuertemente la vida familiar y    matrimonial. La tibieza espiritual nace de creer que ya todo se ha hecho, que todo resulta inevitable y que nada puede ser cambiado, optando –entonces- por una vida que no se distinga de la de los demás…”como todos”, “donde todos”, y “como siempre”.. Esto hace que los ideales se diluyan, y que la vida no    tenga otro  horizonte que repetir lo que otros hacen, cayendo en una           monotonía que termina aburriendo incluso a los más entusiastas.

Se requiere -por lo tanto-  refrescar constantemente la vida familiar y                 matrimonial, para evitar la tibieza, la pereza y la monotonía. El ¿para qué?    hacerlo es  manifiesto, pero el ¿cómo hacerlo?  no siempre se descubre tan fácilmente.

Se requiere por tanto  pedir la gracia del Cielo para descubrir la novedad  permanente del amor verdadero, que como consecuencia de los dones del        Espíritu Santo, se renueva incesantemente descubriendo nuevas razones,    y abarcando mayores desafíos. Sin la gracia de Dios nada podemos, con la     gracia no hay imposibles.

Hoy ambos inician algo más que una aventura, porque conocen dónde van, con quién van y a qué van. En el caso de una aventura lo incierto y              experimental parece guiar los pasos, en el caso del santo matrimonio está   signado por la seguridad que emana de la fidelidad de las promesas de Dios: sólo ello hace posible dar el paso del cual tantos rehúyen para evitar un    compromiso que se sabe decisivo, y tantos abandonan a mitad de camino   porque les  resulta infructuoso.

Colocando vuestro matrimonio  y la familia que hoy inauguran  sobre la roca de la fe, en la persona de Jesucristo, tendrán la fuerza necesaria y las luces  para escribir cada jornada futura según el querer de nuestro Dios, para ello, será necesario agregar algunos elementos que la enseñanza de Iglesia, en la voz de Romano Pontífice aconseja vivamente en la actualidad.

Fundar un hogar con los hijos que Dios les quiera conceder: No hay que     olvidar que la misión de estos novios, como la de todos quienes toman en   serio el santo matrimonio, pasa porque “crezca la familia”, por ello “han de engendrar la prole de la Iglesia, conciudadanos de los santos y servidores de Dios” (Arcanum Divinae Sapientiae, León XIII, 10 de Febrero de 1880).

Cada hijo es un regalo del cielo, que es dado a una familia pero que tiene   como toda gracia una dimensión social, porque son su futuro y esperanza, de tal manera que su llegada a de ser siempre anhelada y su presencia                   renovadamente agradecida.

Familia que reza unida permanece unida: Este Año celebramos cien años de la aparición de la Virgen en Fátima, por lo que estamos inmersos en  un Jubileo lleno de gracias para todos los creyentes. Sin duda, los esposos y sus familias son los predilectos del corazón de la Virgen, pues desde el primer  milagro realizado por Nuestro Señor. El poder intercesor de nuestra Madre Santísima se verifica públicamente con una frase: ¡Hagan todo lo que Él les diga!

Siempre resulta oportuno tener presente que “nunca se ha oído decir que aquel que recurre a su intercesión, su súplica no sea prontamente atendida”. Por esto, es necesario rezar de manera: perseverante, humilde, y confiada a quien desde lo alto del Calvario y de la cruz,  nos dejó como “nuestra Madre”.

El rezo del Santo Rosario es “el medio más eficaz y conveniente” para       preservar de todo peligro el hogar, en tanto que hemos de recordar que dicha plegaria hecha en familia “es un medio muy apto para conseguir un fin tan  arduo” como la santidad familiar. (Ingruentium Malorum, de S.S.Pío XII, 15 de Septiembre de 1951).

Recuerden en todo momento que la vida que hoy inician al tener a Jesús en el centro del hogar, ha de estarlo –también- en el comienzo de los proyectos,     durante la realización de los quehaceres y como objeto de la gratitud de cada  logro. Ello dará una consistencia mutua que les permitirá  sobreponerse a las dificultades internas y externas del hogar, en tanto que,  crecerán                   espiritualmente permitiendo encaminar a la familia por la unidad y fidelidad que sólo puede acrecentar el amor recíproco y mantener viva la entrega que hoy sellan ante Dios y por Dios.

Padre Jaime Herrera, Chile


El recuerdo de la etapa de noviazgo y los primeros años que dan hoy, será en el futuro como el agua que refresque la vida matrimonial, por lo cual no será una acequia sino un canal. Para esto, deben mirar juntos a quienes están a vuestro lado, recordando que el imperativo de la caridad fraterna es uno de los dos mandamientos que explícitamente Jesús nos entregó, no como un simple consejo,  sino que nos exhorta a cumplirlo  como garantía y signo del amor a Dios. En realidad, en la medida que hagan patente el amor a Dios percibirán que se realizan íntegramente puesto que es la medida de Cristo la que          debemos   procurar y,  no moldearnos con los esquemas de un mundo que    suele dar la  espalda a Dios.

El actual Romano Pontífice dijo a los novios hace un tiempo que “el amor no es sólo un sentimiento, sino que se debe entender en el sentido que tiene el verbo amar que en hebreo, es  “hacer el bien”. El amor se debe colocar más en las obras que en las palabras. Así puede mostrar toda su fecundidad, y permite experimentar la felicidad de dar, la nobleza y la grandeza de donarse           sobrenaturalmente, sin medir, si  reclamar pagos, por el solo gusto de dar y de servir”  (Papa Francisco).

Que nuestra Madre Santísima, en cuyo templo consagrado a la advocación de Nuestra Señora del Carmen, les proteja y asista en todo momento, hoy,       mañana y siempre.

 ¡Que Viva Cristo Rey!

      

martes, 17 de enero de 2017

AMAR LLEVA A ORAR Y ORAR LLEVA A AMAR”

HOMILÍA  MATRIMONIO   CASABLANCA   ENERO    2017

1.     “En Dios puse toda mi esperanza, Él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor” (Salmo XL, 2-10).

Agradezco a los novios Aníbal y Daniela,  haberme hecho participe de vuestra celebración. Lo hago con especial cariño toda vez que conozco la familia del novio desde los inicios de la década de los setenta.

El templo que nos acoge ha sido consagrado a la persona de Jesús Salvador de mundo, cuya imagen nos acompaña como el resucitado. El misterio  de quien ha nacido y está vivo en medio nuestro se revela como  camino seguro y claro para que los novios vivan ahora momentos decisivos y eternos.

 SACERDOTE JAIME HERRERA


Sin duda, Nuestro Señor a lo largo de la Santa Biblia recibe diversas denominaciones, las  cuales van desde aquellas que encontramos en el Antiguo Testamento en la voz de los profetas: hasta aquellas que leemos en el texto de San Juan con el cual se cierra de revelación escrita. Los nombres dados tienen una importancia de acuerdo a quien los decía: el arcángel Gabriel le señaló como “Jesús”, frecuentemente fue reconocido como “nazareno”, en virtud de la ciudad donde viviría durante tres décadas; de manera particular, aquellas denominaciones que el mismo Cristo dijo de Si son una auto revelación que reviste una teofanía nominal.

Tras cada denominación hay una misión, subyace un camino que mutuamente han de  seguir,  por medio del cual se de una más perfecta identificación con la persona de Jesucristo, asumiendo que la vocación a la vida matrimonial es indisociable del llamado a la santidad que Cristo nos hace: “Sed perfectos como mi padre de los cielos es perfecto(San Mateo V, 48).

Sin duda en la actualidad se subraya una dimensión de la vida matrimonial. En ocasiones se presenta como univoca, mas hemos de tener una visión más complementaria e integradora de lo que es la esencia de la vida matrimonial establecida desde el Cielo.

               CURA PÁRROCO JAIME HERRERA GONZÁLEZ



Cuando Dios forma a nuestro primeros padres y los coloca en el paraíso les confiere un designio: “Creced multiplicaos, poblad la tierra y dominadla”. Con lo cual, resulta vinculante, a la vez,   la vivencia en común y la búsqueda de la felicidad como cónyuges, con la vida santa a la que están llamados a compartir.

Entonces, ¿Para qué se casan?... ¿Para vivir juntos? Si,… ¿Para ser felices? Si, más ello, quedaría inconcluso si acaso no formulamos la siguiente pregunta: ¿Para ser santos? Si, y ello da sentido al gozo verdadero y a la perpetua permanencia del compromiso asumido para toda la vida, según lo disponga Dios mismo.

La santidad no es un premio reservado para unos cuantos, sino que es parte de la invitación que Dios hace a cada bautizado, y de la cual cada uno es directamente responsable de dar respuesta. Una y otra vez recuerden: “Cielo perdido, todo perdido; Cielo ganado, todo ganado”.

Vuestra vida a partir de hoy, tiene sentido si acaso buscan juntos alcanzar el imperativo de la santidad, por medio del camino de vivir mutuamente cada jornada haciendo patente el amor de Dios, en cada acción, en cada palabra, en cada moción del corazón. ¡Todo debe hablar de Dios! ¡Todo debe hablar con Dios!

Es decir, si el trabajo es posible hacerlo oración, ¿Por qué la vida familiar y matrimonial va a ser una excepción? En efecto, de las múltiples definiciones que encontramos para el acto de rezar, los santos la han descrito como: “principal apoyo” (San Juan Bautista Della Salle), “alimento del alma” (San José de Calasanz); “gran armadura”· (San Efrén); “Aliento de la caridad” (San Vicente de Paul);”arma invencible” (Santa Teresita de Liseaux)…todo ello es real, más nos detenemos en aquella expresión de la gran mística hispana del Siglo XVI y refundadora de la Orden de Nuestra Señora del Carmen, la gran Teresa de Ávila: “Orar no es otra cosa sino tratar de amistad, estando muchas veces a solas, con quien sabemos nos ama”.

   PADRE JAIME HERRERA / VALPARAISO


Si a Dios le agrada estar a solas con cada uno en la oración, y nos escucha con total y exclusiva atención, de modo similar, la vida como esposos les concederá muchas oportunidades de vivir “a solas” grandes momentos: de felicidad, de gozo, de placer, de incertidumbre, de temor y de sufrimiento, más en toda ocasión ambos tendrán la certeza de saber que no están solos porque mutuamente se tienen el uno para el otro, puesto que desde hoy sólo pueden ser el uno para el otro, lo que implica que no pueden vivir ni encontrar la felicidad el uno sin el otro.

Ya lo dijo nuestro Señor cuando le consultaron respecto de la vida matrimonial: “Yo os digo, ya no son dos sino uno solo. No separe el hombre lo que Dios ha unido” (San Mateo XIX, 6-8).

No son sólo signo sino presencia del amor de Dios, por tanto, deben ser muy cuidadosos de respetar la nueva condición que voluntariamente asumen: ser esposos ante Dios y su Iglesia. A partir de hoy tienen una misión. En uno de los libros de Antoine de Saint Exúpery leemos una frase elocuente: A la respuesta de ¿Qué es amar? Responde: “No es mirarse el uno al otro, sino mirar juntos en la misma dirección”.

Aún más, diremos que los esposos no sólo miran lo mismo, sino que –además-  viven lo mismo. Los proyectos futuros deben ser parte de la vida en común, donde la hermosa sintonía que descubrieron un día entre ambos se proyecte en opciones, decisiones y panoramas que no resulten de la imposición unilateral ni de un pasajero deseo egoísta, sino re responda más bien al resultado de una armonía que les lleve mutuamente a dar gracias al Señor por quien ahora está a vuestro lado y que  –Dios mediante- lo estará hasta el último suspiro en este mundo.

Las palabras que citamos hace un momento de Santa Teresa de Jesús, nos hacen recordar un aspecto propio de la vida de los esposos: “Estar con quien sabemos nos ama”. Por medio de la oración casi nos aventuramos a decir que nos hacemos como dueños del querer de Dios en vistas a que ha querido hacernos partícipes de su vida a través que de la plegaria. Por esto dijo Jesús: “Todo lo que pidan en mi nombre os será concedido” (San Juan XIV, 13).

Sin negar que es Dios quien mueve el mundo con su libérrima Providencia,  a la vez,  reconoceremos que al Señor le mueve nuestra oración. Los éxitos y crisis, alegrías y tristezas en la sociedad, en la familia, y en cada persona dependen de nuestra acuciosidad en la oración.  

2.     “Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra” (Isaías IXL, 3-6).

Por ello,  resulta fundamental dar el lugar que le corresponde al Señor en la vida matrimonial y familiar, donde su gracia, su palabra y su presencia eucarística sean “faro” y “antorcha”.

a). Faro: Que en medio de la navegación de la vida esponsal les indique por dónde seguir, en tanto que,  en medio del devenir humano, signado por prisas y autonomías, sepan mirar aquella luz que en todo momento les previene de las amenazas y oscuridades que toda vida matrimonial conlleva.

El faro está siempre encendido, siempre atento, de modo semejante,  no duden en acudir al Señor para implorar el auxilio necesario cuando así lo requieran,  en tanto que,  no olviden dar gracias en aquellas etapas de bonanza. ¡Confíen en quien nunca defrauda!

 Como en aquella parábola descrita por Jesús ante la oración de un orgulloso fariseo y de un humilde publicano no podemos presumir de nuestro amor por Dios porque fallamos a diario, pero si podemos presumir de su amor por nosotros ya que  nunca nos falla.

Ambos –Aníbal y Daniela- son importantes para Dios, así lo recordaba el Romano Pontífice al decir: “Como novios estáis viviendo una época única que abre a la maravilla del encuentro y permite descubrir la belleza de existir y de ser valiosos para alguien, de poderos decir recíprocamente: tú eres importante para mí. Vivid con intensidad, gradualidad y verdad este camino. No renunciéis a perseguir un ideal alto de amor, reflejo y testimonio del amor de Dios” (Benedicto XVI, 11 de Septiembre del 2011 en Ancona).


b) Antorcha: Sabemos que Dios se manifestó al patriarca como una “llama ardiente”, diciéndole: “Yo soy el que soy” (Éxodo III, 14). Durante cuatro décadas guio al pueblo elegido  por medio del desierto como una “columna de fuego” (Éxodo XIII, 21-22). Las incertidumbres y sufrimientos parecen sobrellevarse mejor cuando hay un poco de luz, en tanto que,  las alegrías parecen despertar cuanto más intensamente la oscuridad es son vencidas por la luz. Cristo mismo dijo: “Yo soy luz del mundo” (San Juan VIII, 12) “quien se une  a mí no camina en tinieblas”.

Queridos novios: Los maestros de la pintura universal se han caracterizado por su habilidad en el trato de la luz y de las sombras en sus obras. El hecho de tener a Cristo como luz verdadera, implica la vivencia permanente de su estilo de vida, de manera especial por la gracia propia que encierra el sacramento del matrimonio, tal como recuerda el Apóstol: “Los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, con cuantos en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo” (Corintios I, 1-3).

Con el paso de los años y por la sabiduría de vuestros mayores, descubrirán la grandeza que tiene el poseer un alma generosa y dispuesta a compartir –como una página en blanco- cada momento por desafiante que se presente, pues como almas jóvenes tienen un mundo por descubrir y conquistar sabiendo que en toda ocasión Dios velará con delicadeza por cada uno. No hay mejor comparación del matrimonio que referirlo al misterio del amor de Cristo por su Iglesia. En efecto, ambos van a presencializar el amor de Dios por lo cual han de tener presente en todo momento el dulce mandato de la caridad, que en toda ocasión es necesario recordar: “El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo. El amor nunca pasará” (San Pablo a los Corintios XIII, 4-8).

Imploremos a la Santísima  Virgen de Carmen que proteja  con su manto protector a estos novios –Aníbal y Daniela- y a sus familias que les acompañan, tal como lo hizo en el primer milagro obrado por Jesús en las Bodas en Caná de Galilea, por medio del vino abundante de la gracia. ¡Que Viva Cristo Rey!

         







jueves, 5 de enero de 2017

ANTE LOS DESAFÍOS QUE DIOS NOS PROPONE EN LA VIDA ACTUAL

   HOMILÍA DE AÑO NUEVO / PARROQUIA PUERTO CLARO  /  DICIEMBRE 2016.

El hecho de terminar un año e iniciar uno nuevo implica evaluar y programar. Aquello que anhelamos y no se obtuvo, o lo que resultó sin haberlo esperado. Dios no deja de sorprendernos con sus designios. Ya vivamos,  ya muramos “sea todo en el nombre del Señor” (San Pablo a los Romanos XIV, 8).
PARROQUIA PUERTO CLARO     


En estos días nos colocamos especialmente en las manos del Señor: sabe más, nos conoce mejor, y puede más. Dejarse cuidar por la Divina Providencia no es dar un paso en una aventura incierta sino que implica avanzar en la seguridad plena del amor y `del poder de nuestro Dios que vela por cada uno.

Dios ha intervenido en el mundo no para darnos una posibilidad sino para hacernos partícipes de una certeza. La fe no se mueve en la incertidumbre sino que se apoya en la revelación de Dios que dice de sí mismo: “Soy un Dios fiel” (Isaías LXV, 16-18).

Los días pasados ya no pueden cambiar. Los podemos ofrecer pues encierran tantas grandezas y bondades de Dios,  como también contienen –eventualmente- innumerables debilidades y pecados propios, que son consecuencia de nuestra humana naturaleza.

Son hechos irrepetibles. Aquello que Dios concede en un momento es para ese instante, ni fue dado para ayer,  ni lo será concedido para mañana,  es para ahora, por lo que hemos de estar despiertos (atentos)  a recibir la gracia que pasa, que viene ahora a enriquecer nuestra vida interior.

A lo largo del año que culmina consumimos diversos alimentos: pensemos en todos ellos, ¿cuántos litros de líquidos…de comida…de fruta?. Cuidamos con esmero la salud con medicamentos y un sin fin de ejercicios. Actualmente existe la posibilidad de contar los pasos diarios, de ver el rendimiento físico,  incluso,  de cuánto tiempo tardamos en dormir y de cómo dormimos. Todo lo cual denota una preocupación por el desarrollo físico, por su cada vez mejor y más productivo rendimiento. 
 SACERDOTE JAIME HERRERA GONZÁLEZ


Ahora bien, sabemos que nuestra vida no es sólo materia, que nuestro cuerpo tiene vida porque tiene un alma que lo anima. Cada año debemos esforzarnos por crecer espiritualmente lo que conlleva:

a).  Cumplir la invitación a rezar: Con mayor confianza, perseverancia y humidad.

b). Con una más perfecta vivencia de la caridad: Procurando ver más lo bueno que lo malo en quienes están a nuestro alrededor.

c). Aplicando la actualidad de la caridad:  El Poema ·titulado ”En vida hermano, en vida” de Ana María Rabatte, solía ser citado por una experimentada maestra de varias generaciones: “Si quieres hacer feliz a alguien que quieras mucho, díselo hoy, sé muy bueno, en vida hermano, en vida…No esperes a que se mueran si deseas dar una flor, mándalas hoy con amor, en vida, hermano, en vida…Si deseas decir te quiero a la gente de tu casa, al amigo cerca o lejos, en vida, hermano, en vida…No esperes a que se muera la gente para quererla y hacerle sentir tu afecto, en vida, hermano, en vida…Tú serás muy venturoso si aprendes a hacer felices, a todos los que conozcas, en vida hermano, en vida…Nunca visites panteones, ni llenes tumbas de flores, llena de amor corazones, en vida, hermano, en vida”.

El tiempo para hacer el bien es hoy. Lo que tienes que decir, lo que tienes que hacer,  aquello que piensas en bien de otros. En vida, pues, porque después es solo lamento y recuerdo. Dios nos pide el cumplimiento del Mandato de la Caridad Fraterna “ahora”: en el tiempo del mérito, donde nuestras obras son evaluadas por Dios y por el prójimo;  en el tiempo de la conversión donde podemos modificar nuestra conducta, rectificando aquello que esta torcido, aclarando lo que resulta turbio, inmersos en el tiempo de la gracia.

d) Proyectos de vida a partir de la fe: Lo que Dios tiene programado para cada uno es siempre lo mejor, por lo que aunque pueda resultar incomprensible e incierto su actuar no podemos olvidar que cuando Dios está en silencio es porque algo está haciendo por nosotros. Nunca podemos olvidar que es Dios quien tiene poder para cambiar todas las cosas. ¡Nada es imposible para Él! y por tanto para quienes confían en sus designios.

Cuando actuamos autónomamente, pensando que somos nosotros, solos,  los que debemos solucionar nuestras dificultades, los que debemos abrir nuevos senderos, e implementar novedosos proyectos, entonces,  olvidamos que,  solamente cuando dejamos todo en las manos de Dios, veremos la mano de Dios en todo, y se fortalecerá la fe, se acrecentará la caridad y ampliará la esperanza, propia de quien es creyente de verdad y no a su manera..

El Apóstol Santiago dice en el Nuevo Testamento: “Dios no permite la adversidad para quebrantarnos, sino para mejorarnos” (I, 3). ¿Quién no ha pasado por el quiebre del camino que creíamos permanente?

En el orden de los afectos, en el plano de las amistades, en la vida en sociedad, en el mundo del trabajo y del estudio. Muchas veces hemos tenido que asumir la voluntad de Dios que rompe los esquemas y nos invita a dejar nuestras seguridades. Lo vemos en los patriarcas como Abraham (Génesis XI, 31), Moisés (Éxodo III, 1-10),  el justo Job (XXXVIII, 1-38 a XIIL, 6).

 GRUPO REZO DEL SANTO  ROSARIO 



Y, en el Nuevo Testamento, sin duda “saca de los esquemas” y de sus labores cotidianas, muy dignas por cierto: a la Virgen María, cuyos días estaban consagrados desde niña, a San José Custodio, el varón justo (San Mateo I, 19), que asume un camino que le resulta inicialmente totalmente desconocido y riesgoso, a los Apóstoles que “dejando sus embarcaciones” y labores cotidianas  (San Lucas V, 11) siguieron al Señor a todo evento.

¿Cómo despedimos este año y cómo lo hacemos para recibir el que se inicia? Para el creyente no podría ser mejor: El día sábado que habitualmente dedicamos a honrar a la Virgen María, cuya presencia constituye verdaderamente la “Aurora de la salvación”, y con la plenitud del Día del Señor. ¡Un Nuevo Año coincidente en el Día del Señor! Toda una bendición el hecho de poder hacerlo a los pies de Jesús Sacramentado en el día mismo que Dios se reservó para Sí.

Es una oportunidad para recordar la invitación del Apóstol: “Todo lo hagáis hacedlo en el nombre del Señor” (Colosenses III, 17). En todos los anhelos, proyectos, desafíos que depare el período que se inicia hemos de dar no sólo un barniz de vida espiritual sino que, mejor aún, colocaremos la persona de Jesucristo como la “raíz” que sustente toda nuestra vida, por lo que nuestro Señor no viene a ser un auxilio en el camino sino su principal sostenedor, desde realmente se despliegue la primacía de Quien es “todo en todos” y “en todos es todo”. Entonces,  nuestra religión católica, nuestra fe, y nuestra vida espiritual no es un barniz que adorna, sino una raíz que sostiene basilarmente nuestra misma existencia. Ser católico –entonces- no es un adjetivo,  sino que forma parte de su esencia misma, que proclama la evidencia  de dónde venimos, por dónde vamos y hacia donde nos dirigimos.
Este Dios que remueve nuestras humanas seguridades, no dejará de venir a cada uno,  cada vez que hagamos un acto de fe e imploremos con insistencia: ¡Auméntanos la fe! (San Lucas XVII, 5). Con esto, la cultura que vivimos, la ciudad que edificamos, tendrán la impronta de  ser parte del proyecto de Dios y no consecuencia de la audacia de ciegos que guían otros ciegos y juntos terminan cayendo al despeñadero. La ciudad con futuro es aquella que se funda sobre roca y da a Cristo el lugar que le corresponde, no postergándolo ni encerrándolo al interior de los templos y las conciencias.

El desafío que tenemos para el Año que se inicia es llevar a Jesús a la ciudad: En toda su verdad, en toda su grandeza, en toda su generosidad, en todo su perdón, y n todo su respeto. En efecto, los fuegos artificiales, músicas, bailes y ciudadanos brindis –masivos- son cosa de unas horas; pero,  la misión que tenemos como católicos no admite pausas, toda vez que es una realidad permanente:
El acto de rezar para que venga el Reino de Cristo hoy, es una tarea permanente, pues urge que Cristo sea “todo en todos”. Imploremos a María Santísima, en su grandeza de Medianera Universal de toda gracia, para que nos acompañe en cada jornada del Año Nuevo que,  en el nombre del Señor iniciamos. Pues, ¡Que Viva Cristo Rey!